domingo, 4 de octubre de 2015

12 horas en Copenhague



Aquí estoy con un nuevo post, esta vez en Copenhague, relatando mi rápida visita de hace escasamente un mes. Esta fue mi primera parada en el largo periplo que me llevó literalmente por medio mundo en 5 semanas.

Preparando la maleta para 5 semanas

Salí el jueves por la tarde de DC y a las 7.15 AM del día siguiente ya estaba al otro lado del charco, en la capital de Dinamarca. Con este viaje ya acumulé tres visitas a la ciudad danesa: una hace años cuando recorríamos Europa con la autocaravana y la segunda en mayo de 2013, cuando vivía en Bruselas.




Día 1

Nada más aterrizar, me acicalé, dejé las maletas en las taquillas del aeropuerto y saqué algunas coronas danesas. Desde el aeropuerto tomé la línea de metro M2 a Christianhavn. Tal y como recordaba, el metro era ultramoderno y se conducía solo. Salí por Asiatik Plads y lo primero que me volvió a llamar la atención en un soleado día de agosto fue la cantidad de bicis que había. Sobre todo me sigue fascinando de estos nórdicos lo civilizados que son: !no candan las bicis! Para rato le duraría a una la bici en cualquier otro lado... Además, recién aterrizada de DC, también me encantó la paz y tranquilidad que se respira en esta ciudad. !Apenas hay ruido por la calle!
 

Metro super moderno





Asiatik Plads

Canales de Christianhavn


 

Taberna en Christianhavn

Comencé a callejear junto a los canales hasta que llegué a la curiosa Iglesia de Nuestro Salvador. De allí seguí caminando hasta llegar a Freetown Christiania, un barrio parcialmente autogobernado y famoso por ser tipo ´comuna´.
 
Humor ´made in Christiania´




 
Pasé por el Danish Architecture Centre y crucé por el puente Knippelsbro hacia el centro de la ciudad. De allí me dirigí hacia el famoso Nyhavn (el puerto), muy colorido con sus casitas, sus barcos y sus terrazas. Siguiendo hacia el norte se encuentra la imponente plaza que alberga el Palacio de Amalienborg, residencia de la familia real danesa. Desde ahí se ve, a un lado,  la Marmorkirken (iglesia de Mármol), y al otro lado de la isla queda la moderna Ópera.
 





Nyhavn, muy pintoresco

Vista de Marmorkirken y Amalienborg

Guardia real en Amalienborg
Marmorkirken




















A esas alturas de la mañana comenzó a vencerme el jetlag, así que opté por tumbarme cerca de allí a disfrutar del buen tiempo y descansar un rato. Una vez que retomé fuerzas proseguí mi caminata hasta llegar a la famosa Sirenita. Opté por sacar una foto rápida e ir volviendo porque aquellos estaba lleno de turistas y encima ya había quedado en verme para comer con mi amiga Jessica. Nos encontramos en la parada de metro de Kongene Nytorv y fuimos a almorzar cerca de allí, en el Café Nytorv (Nytorv,15). Nos tomamos unos smørrebrød (que viene siendo una tostada con algo por encima) de salmón con huevos revueltos y otro con jamón.
 
Iglesia de Alexandr Nevskij



Una pausa en el camino


Iglesia de Sankt Alban



La Sirenita
Kastellet



Smørrebrød de salmón con huevos revueltos
 
Tras llenar el estómago nos fuimos a pasear un rato por el centro: comenzamos en la plaza del Ayuntamiento, desde la que se ve el parque de atracciones Tivoli, anduvimos por la calle comercial Stroget y acabamos en Nyhavn.
 
Ayuntamiento de Copenhague
 



Paseando por Stroget



Posando para la despedida en Nyhavn


El reencuentro tocó a su fin y mi amiga se volvió a sus quehaceres y yo apuré el ultimo rato en Copenhague para acercarme al Castillo de Rosenborg, donde se encuentran las joyas de la corona danesa.  La alegría no duró mucho ya que al poco de haber empezado a pasear por los jardines del palacio, empezó a llover. Así que me volví al metro y de allí al aeropuerto, rumbo a las vacaciones familiares en Mallorca.
 


 



Castillo de Rosenborg

Montaje de Lego en el aeropuerto


!Hasta la próxima, Copenhague!

 
!Espero que os haya gustado Copenhague tanto como yo disfruté en mi visita exprés de apenas 12 horas!
El relato balear espera en el próximo post.
 

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