Aquí seguimos con el periplo pakistaní, esta vez en Lahore, la capital de la provincia de Punjab y emblemática a nivel cultural por su patrimonio. En Lahore viven 10 millones de almas y la ciudad es bastante caótica. Ahora veréis las fotos y vídeos y podréis juzgar por vosotros mismos. :)
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Con mis zapatos nuevos en el aeropuerto de Lahore |
Como os contaba en la entrada anterior, llegamos a Lahore el martes por la noche. En cuanto bajamos del coche nos dimos en cuenta de que allí había una humedad terrible. Y vaya calor también.
Al entrar en el hotel Avari la decoración y la arquitectura me resultaron muy indias, aunque nunca haya estado por aquellas tierras. A Lahore habíamos viajado los 4 del equipo y Nowsher, nuestra contraparte del FBR, que iba a ayudarnos con las reuniones y tenía todos los contactos allá. Cenamos algo rápido todos juntos y nos retiramos.
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Algo de urdu básico |
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El vestíbulo del hotel Avari |
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Entrada del hotel Avari |
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Otra vez el chorrito |
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Músicos del hotel |
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Botones del hotel |
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Cenita ligera |
El miércoles 16 de septiembre tuvimos reuniones con la gente de Aduanas. Volvimos al hotel a seguir trabajando y luego Nowsher nos llevó de
paseo por Lahore. En realidad no vimos mucho, pero lo poco que nos dio tiempo nos fascinó. Estuvimos en la
mezquita Badshahi, un complejo espectacular. Es la segunda más grande del país y es una clara muestra de la arquitectura de la era mogola. Desde luego, ese momento de la llamada al rezo con el sol poniéndose sobre la mezquita no se me va a olvidar nunca...
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Asistiendo a una vista con las partes en las oficinas del FBR |
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Sin casco y a lo loco |
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Vendedor de fruta entre generadores |
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Carro tirado por mulas |
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Accediendo a una de las oficinas del FBR |
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Por los pasillos del FBR |
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3 niños con su padre en moto |
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Cerca del recinto del fuerte y la mezquita Badshahi |
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Familia frente al fuerte de Lahore |
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Entrada a la mezquita |
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Interior de la mezquita |
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Detalle de los arcos |
Tras ese momento místico el conductor nos acercó al Bazar Anarkali, donde paseamos por los puestos y Nowsher insistió en comprarnos algunos recuerdos. De vuelta en el hotel cené con Paula en el restaurante japonés del hotel, el Fujiyama. Probé lo del teppanyaki que me recomendó Paula y la verdad es que fue muy divertido. El cocinero nos hizo la comida a la plancha delante de nuestras narices e incluso me dejó sacarme una foto con él. :). Cenamos angus teppanyaki y angus fried rice.
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Ropajes locales en el Bazar Anarkali |
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Kurtas para hombre |
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Zapatos baratos a montones |
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Nowsher haciéndonos de regateador |
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Adquisiciones made in Nowsher |
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!Nunca habíamos visto tantas motos, locura! |
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Peatones y conductores, todos a una |
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Listas para nuestra cena japo |
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Con el cocinero |
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Angus teppanyaki y angus fried rice |
La verdad que como véis no nos aburríamos desde el coche. La
vida callejera daba como para publicar un libro con fotos curiosas. Y lo del tráfico era un capítulo aparte. Muchos se movían en
moto, y encima todo el mundo parecía tener la misma sólo que tuneada algo diferente. En una misma moto podían ir desde 1 hasta 5 personas, que lo vimos con nuestros propios ojos. Por supuesto sin casco, claro. Además, el ruido por el tráfico era incesante y ser peatón es deporte de riesgo extremo, como pudimos comprobar en la zona del Bazar Anarkali.
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Transportando algunos bultos. |
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Familia de 4 en una moto, no problem. |
Como os podéis imaginar, también vimos bastante
pobreza y caos, mucho más que en Islamabad. Además había
cortes de electricidad a cada rato, por lo que había generadores enormes y horrendos fuera de la mayoría de los edificios. Y hablando de edificios, los del FBR también eran para verlos... Algunos modernos pero otros totalmente precarios, sin luz en algunas partes, y con unos olores indescriptibles...
Un par de
aspectos 'estéticos' que nos llamaron la atención fue el color tan rojo de pelo de muchas personas, y lo maquillados que llevaban los ojos muchos bebés. Lo del pelo rojo (que no naranja tipo pelirrojo) es porque algunos musulmanes consideran que este color es honrado ya que se dice que el profeta Mahoma tenía el cabello rojo. Lo de los ojos maquillados de los niños resultaba bastante chocante. ´Lo comenté con un amigo de origen afgano a la vuelta y me contó que en esa zona es común pintar los ojos de los niños con kohl o una mezcla parecida porque se cree que eso protege sus ojos y además les aleja de espíritus malignos.
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Bebé con los ojos pintados |
El jueves 17 tuvimos entrevistas con los abogados por la mañana y por la tarde. Al mediodía comimos en el restaurante Lakhnavi del hotel, conocido por su comida típica de la era mogola y persa. Tras las reuniones nos fuimos al aeropuerto de Lahore para volar a Karachi. !Os espero allí para el siguiente capítulo!
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Pasando cerca de un colegio en Lahore |
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Menú del restaurante Lakhnavi |
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Salsas varias para untar |
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Los famosos camioncitos de colores |
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Haciendo tiempo en el aeropuerto |
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Leyendo la prensa local |
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Aeropuerto de Lahore |
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Lahore - Karachi |
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